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Un detalle de la cubierta de "Un lugar mejor"

Un detalle de la cubierta de «Un lugar mejor»Páginas de Espuma

'Un lugar mejor': las pequeñas disecciones de Pedro Ugarte

El bilbaíno firma un libro de cuentos excepcional en donde lo cotidiano deja entrever sus costuras

Pasamos media vida en busca de un lugar cualquiera. Si ya lo hemos encontrado, pasamos el resto deseando un lugar mejor. Ese sitio puede ser una persona, un recuerdo, una ciudad perdida o esa capacidad de iniciativa e ilusión que se nos ha hurtado con el tiempo.

Pedro Ugarte hace de Un lugar mejor un título y un leitmotiv amplio en esta colección de relatos que transita por varias estaciones: la memoria, la soledad y la mentira. A cada una de esas estaciones le corresponden tres cuentos, con una coda final de otros tres. En total, doce piezas que se compadecen muy bien entre ellas, con un narrador en primer persona, a menudo llamado Jorge y casi siempre de mediana edad y entornos acomodados.

Un lugar mejor

Páginas de Espuma. 208 páginas

Un lugar mejor

Pedro Ugarte

Ugarte (Bilbao, 1963) es un cuentistas experimentado, un hombre fiel al formato corto. Ha escrito más de diez volúmenes desde el año 90 y ha sido acreedor de premios importantes del género, como el NH o el Sentenil. Como novelista, fue finalista del Herralde, que ya es decir. Es estimulante que, tras una tan larga convivencia con el cuento, el autor tenga tanto que decir y con tan pocos medios.

Porque los relatos de Ugarte no buscan de entrada lo excepcional. Suceden en entornos cotidianos: en el interior de las casas, en la oficina, en las urbanizaciones y las instalaciones deportivas. Pero el autor no necesita aventurarse mucho más allá del umbral de cualquier lugar para empezar a verle las costuras. Allí empiezan a salir, como quien no quiere la cosa, agazapados en tramas que podrían parecer intrascendentes, las hipocresías, los miedos, las ruindades, las amarguras y la incomodidad. A veces hay que esperar al final para entender que lo que parecía normal resulta ahora destocado o trastocado.

En estas pequeñas disecciones del alma humana que nos ofrece Ugarte hay un motivo del que no se ha hablado tanto: la ironía. Son cuentos, muchos de ellos, irónicos, pero no en el sentido humorístico, sino existencial. Desde un enfermo terminal que acaba enterrando a todos los suyos a un hombre temeroso de la soledad que, por la hipocresía de su grupo de amigos, acaba en esa «isla sucia y olvidada».

A sus 62 años, Ugarte ve las cosas desde una distancia que no excluye cierta ternura hacia lo concreto pero que no oculta su desprecio hacia los grandes mecanismos del mundo: las mentiras, las palabras vacías, los eslóganes, incluso la grandilocuencia de la literatura. Ugarte sabe que no existe «un lugar mejor» y que, como diría aquel, «no quedan islas donde naufragar». Se naufraga de forma cotidiana y constante, en medio de conversaciones intrascendentes, con un simple paso en falso.

Es un libro, sí, amargo y capaz de transmitir incomodidad donde no está sucediendo nada irreparable. Esa habilidad silente de Ugarte entronca con los grandes cuentistas. Siempre hay algo que molesta, un fleco que queda al aire en un vestido que creíamos a medida. Como ese matrimonio del cuento «Arantxa» que acepta de entrada que otra pareja les llame de manera equivocada. Es solo un malentendido, pero acaba por ser irremediable. ¿No es siempre así? Nuestra propia vida es así: un malentendido que no atinamos a reparar. Una farsa que se va haciendo bola.

En resumen, Un lugar mejor es un excepcional libro de cuentos para lectores capaces de leer entre líneas, sin tremendismos pero sin concesiones, la deriva de toda existencia. Y, además, tiene una ristra fascinante de frases soberbias.

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